Cuando somos niños, nos enseñan a leer, a escribir, a sumar, a restar, y aunque hoy es algo tan evidente, tuvimos que esforzarnos y aprender a hacerlo. Por supuesto, no fue de la noche a la mañana, ¿no? fue poquito a poco, año tras año, añadiendo las tablas de multiplicar, las divisiones, las redacciones, idiomas...
Aunque esto anterior te haya parecido una estupidez, cambiar tu estilo de vida, en este caso tus hábitos alimentarios, forma parte de un proceso de aprendizaje. Si uno es capaz de hacer las cosas por sí mismo sin necesidad de gastarse un montón de dinero en dietas imposibles e insípidas, en comidas preparadas, en productos "adelgazantes" o "nutritivos", sería mucho más feliz y mejoraría su seguridad y autoestima.
Y como buenos "estudiantes" de la vida, vamos a aprender, a empezar a hacer cambios de manera progresiva y así, cuando nos demos cuenta, hemos dado pasos hacia una mejor dirección. Aquí les dejo unas pequeñas pautas para ponerlas en práctica las siguientes semanas:
1. VE DESHACIÉNDOTE DE LA COMIDA DE LA DESPENSA QUE NO SEA REALMENTE NECESARIA
Todos esos alimentos que guardes "por si acaso" no valen en tu despensa ni en tu cocina. Dona todas esas galletas, bollerías, refrescos, bolsas de frutos secos fritos y condimentados, papas de paquete, polvorones, turrones, etc.
Cuando venga un invitado se le compra lo que quiera, o se cocina algo en casa y se le ofrece, o mejor aún (y espero que en un futuro lo lleven a cabo), se le da algo saludable y rico.
2. HAZ UNA LISTA DE LA COMPRA ANTES DE IR AL SÚPER
No hay algo más desastroso que ir a comprar sin una lista previa de lo que hace falta en casa:
1º - Porque compras productos que no necesitas y están de más.
2º - Porque gastas más dinero, por lo que si estás en modo ahorro esto no te beneficia nada.
3º - La cantidad de tiempo que se pierde llenando el carro de tonterías es brutal.
4º - Al no tener una idea previa, te recorres todo el supermercado una y otra vez cogiendo las cosas que vas a comprar de forma desorganizada y da pie a que te olvides de lo realmente importante.
3. SI TIENES QUE COMER FUERA, ADELÁNTATE A LOS ACONTECIMIENTOS
Si sabes que mañana tienes que comer en el trabajo, en la universidad, o simplemente por fuera de casa, no esperes a ese día para preguntarte qué vas a comer y plantarte en cualquier sitio de comida rápida. Todo es cuestión de planificación , y tienes dos opciones:
a) Dedícate el Domingo a preparar los platos que quieras para los días de la semana que se te de esta situación; o bien, la noche anterior déjate listo el tupper.
b) No vayas a comer a un local de tapeo y comida rápida, pues a día de hoy no ofrecen prácticamente nada saludable, guárdate ese tipo de comida para una ocasión especial o fin de semana.
- Si vas a un restaurante, pídete algo de carne o pescado a la plancha, que venga acompañado de verduras frescas o cocinadas, y que contenga hidratos de carbono como arroz, pasta o papas (evita las fritas).
- Si no te queda de otra que ir a un local de este tipo, puedes pedirte un bocadillo de pollo con ensalada y sin salsa o con muy poca; o algún tipo de ensalada que guste y que venga con carne o pescado, pero no le eches toda esa salsa con la que te venga porque sabotea totalmente tu plato, es preferible que pidas Aceite de Oliva Virgen Extra y la aliñes. Además, llévate en el bolso una pieza de fruta y así la puedes tomar de postre.
4. HAZ A LA SEMANA COMIDAS "TRAMPA"
Suponiendo que comamos 5 veces al día, a la semana haríamos 35 comidas en total.
Por 2 comidas en las que tomes lo que prefieras (barbacoa, pizza, un cumple, una merienda con amigos, etc.) no vas a engordar, así como por tomar una ensalada no vas a adelgazar. Busca un equilibrio, y que éstas comidas "trampa" no se conviertan en todo un día.
Espero que les haya gustado este post y les haya servido de mucha ayuda. Dejen sus comentarios si se les ocurre otra idea de empezar a cambiar, y aquí les dejo una ilustración de todo lo que podemos llegar a pensar o a sentir en el camino a nuestras metas.
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